LOS MANDAMIENTOS VAMPÍRICOS

LOS MANDAMIENTOS VAMPÍRICOS

¡Ser un vampiro es más difícil de lo que parece!
SÉ TAN TEMIBLE Y DESPIADADA COMO TE SEA POSIBLE. NO INCUMPLAS ESE MANDAMIENTO EN LA NOCHE DE TU PRIMERA CACERÍA. NO INVOQUES A UN FANTASMA TERRORÍFICO. CONFÍA EN TUS AMIGOS PARA SACARTE DE UN APURO (YA SEAN FANTASMAS O ARAÑAS).
Ser un vampiro tiene sus pros y sus contras. Por un lado, tienes poderes increíbles, como la fuerza descomunal de una bestia o la habilidad de hipnotizar.
Por el otro, sin embargo,  has de regirte por una serie de mandamientos inquebrantables: reglas que protegen el equilibrio entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Desafortunadamente, Leo, que acaba de cumplir 111 años y ha de emprender su primera cacería al anochecer, ha olvidado la regla número uno: El vampiro no podrá entrar sin ser invitado.
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